Siempre he escuchado que los jueces son
corruptos, que el poder judicial no sirve para nada, que los que trabajan ahí
son una sarta de ineptos, quizás estas afirmaciones puedan tener cierto valor,
quizás exista aún mucha corruptela dentro de ese poder, pero pocos se han
detenido a analizar el real y profundo problema de nuestra injusta justicia
peruana.
Pues sí, nuestra justicia es injusta,
lamentablemente el código civil y el penal están hechos para beneficiar al más
vivo, al más papeluchero, al
que tiene tiempo y dinero para perderlo beneficiando un sistema obsoleto y
caduco y a aquellos abogados que les encanta embarrar procesos para
hacerlos más largos y tediosos y así ganarse con “alguito mas”, por eso nuestro
querido Perú está presenciando desde hace mucho tiempo la muerte de la “buena
voluntad”.
Y es así como la administración de justicia
en el Perú se convierte en un circo romano donde los jueces, secretarios y
demás se sientan a gozar de la danza de denuncias y demandas, así, mientras más
denuncias “metas” más sólido es tu argumento, o sea, que para la administración
de justicia peruana, los casos se gana por goleada, si Usted cree que tiene la
razón y deja en manos de la justicia peruana la resolución de algún caso,
siéntese tranquilo y espere su propia sentencia.
Es por eso que la mayoría de la población
no confía en el poder judicial, las leyes están hechas por vivos para su propia
conveniencia, así un tipejo que quiere “joder” a su ex esposa, le quita a los
niños a la mala y encima la denuncia por diversos delitos, y luego con total
desparpajo solicita la tenencia de los niños demandando también a la agraviada
por violencia psicológica, y claro, como la agraviada no es de andar en líos y
apela a la buena voluntad de la persona, pierde primero ya que nunca denunció
al atrevido.
Sin embargo la justicia peruana no es capaz
de investigar las causales de delito y se centra sólo en las denuncias del
“pendejo”, así, con denuncias sin sustento, alarga el proceso, lo entrampa y
hace perder tiempo y recursos, yo no sé como la justicia peruana y sus códigos
actúan así, permitiendo esta clase de bajezas, y es que a los jueces les
encanta esto, claro, mientras más entrampado esta el proceso, mas se hace
necesaria la corrupción.
Y así papeles van, papeles vienen,
denuncias van, denuncias vienen, ¿Y la justicia? bien gracias, durmiendo
el sueño de los ¿justos? Esto señores debe de terminar, las leyes peruanas
deben ser reformadas, sobretodo los códigos tanto civiles como penales, no
funcionan, no administran justicia, sólo benefician a los “pendejos” que se
aprovechan de un sistema que fue diseñado a su propia medida.