miércoles, 21 de diciembre de 2011

FORMACION PROFESIONAL DOCENTE EN EL PERU

El término surge cuando la educación es orientada a formar a las personas para el desempeño de un trabajo docente. La relación entre educación y trabajo es reciente ya que antiguamente se consideraba a la educación, como el cultivo de las actividades del espíritu, mientras se consideraba trabajo, solo a las actividades manuales en las que supuestamente no intervenían las facultades del espíritu. La formación profesional tiene por objetivo, descubrir y desarrollar aptitudes humanas para una vida activa productiva y satisfactoria. Por ello se puede definir este aspecto, como la actividad educativa que tiene por objeto desarrollar en las personas capacidades o competencias necesarias, para el desempeño productivo y satisfactorio de una ocupación profesional.

Las recientes investigaciones sobre aprendizaje escolar en Latinoamérica, nos ubican en los últimos lugares en razonamiento matemático y verbal, evidenciando la crisis del sistema educativo. Pero ¿Qué factores son los que han incidido para este resultado? Una primera evaluación indica, que se pusieron en marcha reformas que no dieron los resultados esperados y se aplicaron estrategias equivocadas. El currículo se modificó muchas veces, se construyeron colegios que comenzaron a caerse, y el desarrollo tecnológico basado en la instalación masiva de computadores. Otro problema, es la aplicación de una política equivocada en la ejecución de programas de capacitación para la actualización docente. Es cierto que ha habido una mejora en la remuneración de los docentes, pero ella no incidió en la mejora de la educación pública.

El maestro en el Perú cumple un rol importantísimo dentro de la realidad social, ya que es el encargado de contribuir a formar generaciones que constituyen el presente y el futuro de nuestro país, enfrentándose muchas veces a situaciones adversas como, carecer de infraestructura educativa, la gran mayoría de las instituciones educativas de nuestro país y más aún sin contar con el mínimo material educativo, que permita siquiera cumplir con la labor encomendada por el Estado. En las manos del Maestro se deposita el porvenir de los pueblos y por ello, el Gobierno debería preocuparse por mejorar las políticas educativas, mejorando así la Educación y contribuir a renovar y perfeccionar la verdadera formación profesional del maestro peruano. Uno de los mayores objetivos planteados, deberá ser contribuir a elevar el nivel profesional de quienes están siendo preparados en los centros especializados de formación docente.

La formación profesional a docentes en servicio, ha empezado a formar parte de la agenda educativa del país. Es propicia entonces, la oportunidad para analizar el desafío que representa profesionalizar la docencia en el Perú y proponer, en el marco del Proyecto Educativo Nacional, criterios a considerar en la aplicación de una política de desarrollo educacional. Pero, ¿qué entendemos como formación en servicio y qué se viene haciendo al respecto? , Se llama formación en servicio a los programas de capacitación dirigidos a los profesores que ya están ejerciendo la carrera en las instituciones educativas. Tradicionalmente, este tipo de formación se ha dirigido a actualizar o especializar al profesor, pero hoy el gran desafío que enfrentamos, es rea-prender la carrera, convertir la docencia de un oficio mecánico y ritual a, una profesión que pueda asegurar a los ciudadanos las capacidades y competencias que requiere en el mundo de hoy.

Es deber del Estado, asegurar la calidad de esta formación en servicio para contribuir a transformar la calidad de la educación pública. El actual paradigma educativo (conjunto de normas y creencias básicas que sirven de guía a la investigación) en la formación profesional docente enmarcado en la realidad peruana, está basado en el uso de conocimientos adquiridos a través de la formación docente, y tiene como finalidad conocer y valorar la importancia del actual modelo educativo.

Según cifras recientes, existen 285.847 docentes en el sistema educativo, sin considerar los profesores de la educación superior no universitaria. El 30% de los maestros laboran en la Costa, el 21,29% en la Sierra y el 13% en la Selva, y el 29% en Lima. El 39% del magisterio nacional son varones y el 61% son mujeres. El 89% de docentes estudiaron en la escuela pública y un 11% en escuela privada. Existe la modalidad de profesionalización docente que es ofrecida actualmente por 48 universidades y 7 Institutos Superiores Pedagógicos (ISP). De acuerdo con la legislación vigente, los maestros cesan por límite de edad, a los 65 años. La edad media del magisterio peruano es de unos 40 años; por lo tanto, en términos generales se va a trabajar con los mismos docentes nominales por un cuarto de siglo más. Su dinámica de renovación es muy lenta. Siendo así, la formación de docentes en servicio resulta una actividad estratégica.

Hace una década sólo un 59% de docentes del sector urbano tenían título pedagógico. En encuesta realizada por GTZ para el libro “Actitudes y valoración de los docentes en servicio hacia su profesión”, se señala que: Un 77, 8% de maestros de primaria (de una muestra de 424 personas) señala que está muy de acuerdo en que los docentes necesitan actualizarse de manera permanente; mientras un 0,7% estaba muy en desacuerdo.

La formación profesional de los y las docentes de cualquier país es crucial para el desarrollo de sus habilidades pedagógicas, sin embargo, es relativamente escasa la investigación sobre el tema. Bajo tal premisa, se debería emprender un sondeo a través de encuestas a los docentes, donde se pueda responder a las siguientes preguntas: ¿en qué instituciones terminaron sus estudios superiores?, ¿dónde obtuvieron su título pedagógico? y ¿cuál es el porcentaje con estudios de maestría y doctorado.

Teniendo el conocimiento de nuestra realidad, se necesita en el punto de partida, la voluntad pública del Estado y del sector privado de abordar integralmente el problema con el convencimiento primero, de que es impostergable esta transformación docente, por las razones aducidas anteriormente, y segundo, de que están dadas las condiciones para ello si sabemos aprovechar las fortalezas del sector y las oportunidades disponibles e institucionalizar las experiencias exitosas. Con ello se tratará de demostrar que la aplicación del Módulo Auto-Instructivo sobre las Teorías Psicopedagógicas del actual paradigma educativo, favorecerá consecuentemente a la Formación Profesional del Docente en la realidad peruana.

FORMACION PROFESIONAL UNIVERSITARIA EN EL PERU


En las últimas décadas, el número de profesionales que ingresa cada año al mercado laboral peruano se ha multiplicado 65 veces. Hoy en día estudian en el Perú medio millón de jóvenes en 85 universidades, que ofrecen 130 carreras profesionales. De ellas solo veinte son las más solicitadas y cinco las más saturadas: Educación, enfermería, derecho, contabilidad y administración. Mientras que cerca de cuatrocientos mil jóvenes se forman en más de un millar de institutos superiores no universitarios. La oferta de educación superior parece crecer sin mayores límites, mientras que los jóvenes pasan casi por inercia de la secundaria a los estudios superiores. La imagen temible del profesional taxista o abiertamente desempleado o ganando muy poco en su propia especialidad asusta. Sin embargo, siguen egresando cerca de cien mil profesionales universitarios y técnicos con estudios superiores todos los años en nuestro país. Y muchos se preguntan, si vale la pena todo este esfuerzo de inversión individual, familiar y como sociedad.

En un reciente ranking universitario mundial elaborado por la Universidad de Jiao Tong de Shangai, arroja como resultado que, solo cinco universidades de América Latina han sido ranqueadas. Una de Chile y cuatro de Brasil. ¿Dónde está Perú? pues, no aparece por ningún lado. En Chile, su sistema educativo es superior al nuestro y en Brasil se han preocupado de acompañar a su sistema universitario, un sistema de acreditación independiente del ente acreditador respecto a la universidad que supervisa y no como en nuestro país que, ejecuta una política de autoevaluación, en decir juez y parte. En el Perú el 19 de mayo del 2006, mediante ley Nº 28740 se crea el Sistema Nacional de Evaluación, Acreditación y Certificación de la Calidad Educativa (SINEACE) y el 09 de julio del año 2007 se aprueba su Reglamento mediante D.S. Nº 018-2007. Se establece la normatividad correspondiente y se instala el Directorio del Consejo de Evaluación, Acreditación y Certificación de la Calidad de la Educación Superior Universitaria, (CONEAU). Las universidades a través de estos órganos de acreditación tienen que buscar la calidad, tanto en el cumplimiento de los procesos en sus programas de innovación tecnológica, como en los proyectos educativos que ofrezcan, así como: impulsar la mejora de la calidad de la formación docente. El CONEAU a través de la Dirección de Evaluación y Acreditación (DEAC), ha elaborado el Modelo de Calidad para la Acreditación de las Carreras Profesionales Universitarias, a partir de un estudio comparativo de distintos modelos nacionales e internacionales, con la participación de un Comité Técnico ad-hoc, así como la colaboración de especialistas en el tema de distintas universidades peruanas.

El Modelo de Calidad para la Acreditación de Carreras Profesionales Universitarias y los Estándares para las Carreras Profesionales comprende: 03 dimensiones, 09 factores, 16 criterios, 84 indicadores, 97 estándares y 253 fuentes de verificación referenciales; una adenda con 125 indicadores de gestión para el seguimiento y evaluación del cumplimiento de cada indicador y estándar del Modelo. El Modelo se basa en el enfoque sistémico, aplicando en cada uno de los procesos involucrados el ciclo: “planificar-hacer-verificar-actuar”. Está diseñado de tal modo que se convierte en un instrumento para la mejora de la calidad de las carreras profesionales universitarias y, a la vez, para un mejor control de los procesos que implementará el CONEAU para la Acreditación En la declaración mundial sobre la Educación Superior del Siglo XXI, que se llevó a cabo en París en 1998, se concluyó que ésta debe enfrentar una serie de desafíos y dificultades, como producto del entorno cambiante, la globalización y su ideal de posicionamiento efectivo dentro de la sociedad del conocimiento.

La Universidad Peruana no es ajena a esta realidad y para insertarse en un escenario tan competitivo, es necesario plantear estrategias que la conduzcan a superar estos retos, establecer la igualdad de condiciones de acceso a los estudios y, en el transcurso de los mismos, a una mejor capacitación del personal. Formación ligada a la búsqueda de la competitividad, basada en la mejor calidad de la enseñanza, investigación y mejores servicios, pertinencia de los planes de estudios, mayores posibilidades de empleo para los egresados, establecimiento de acuerdos de cooperación y la igualdad de acceso a los beneficios que, reporta la cooperación internacional. Asimismo, la incorporación de las tecnologías de información y comunicación como aliado sustantivo en este proceso de integración.

A mediados de la década de los 90 en el Perú se inicia un movimiento de mejora de la calidad en los distintos niveles educativos. Así, la acreditación de la calidad de la educación en el Perú tiene su génesis con la promulgación de la Ley General de Educación y se considera de relevancia en el Proyecto Educativo Nacional. Ley General de Educación (Ley Nº. 28044) establece que, “consolida la formación integral de las personas, produce conocimiento, desarrolla la investigación e innovación y forma profesionales en el más alto nivel de especialización y perfeccionamiento en todos los campos del saber, el arte, la cultura, la ciencia y la tecnología a fin de cubrir la demanda de la sociedad y contribuir al desarrollo y sostenibilidad del país” (Art. 49). Por otra parte, la ley (Art. 50) ordena que las instituciones que imparten educación superior establezcan mecanismos de subsanación y convalidación de estudios a fin de garantizar que los alumnos puedan acceder a los niveles más alto de profesionalización y perfeccionamiento.

No quiero terminar sin insistir en una idea básica: están dadas las condiciones para la transformación de la formación profesional, en una alternativa individualmente atractiva y socialmente necesaria. Si a esta situación añadimos la voluntad decidida de hacerlo, y la búsqueda de los medios necesarios para ello, no dudo de que en poco tiempo habremos conseguido que la formación profesional, desempeñe las funciones que esperamos de ella. Así mismo se espera una participación más comprometida del estado para poder superar las deficiencias de nuestro sistema educativo. No es solamente de dotar de leyes al sistema sino de transferir recursos económicos para poder cumplir con la meta trazada.