martes, 23 de marzo de 2010

Mi hija , mi amiga


Unos de los más serios problemas que afronta la sociedad es la maternidad precoz de jovencitas que ante el hostigamiento y el maltrato de sus padres optan por buscar en otras personas el cariño que les falta en casa. Ese cariño denegado por los progenitores para sus hijas, se convierte en una espada de democles para muchachitas que tienen la mala suerte de tener padres desgraciados, que las empujan al despeñadero convirtiendo su vida en un infierno. Hay casos dramáticos de chicas que tienen padres autoritarios, groseros y abusivos que las maltratan física y psicológicamente originando el ausentamiento de las menores en el hogar y se acompañan del primer amigo que se le cruza en el camino. Los resultados: embarazos inesperados, nuevamente maltrato de parte de la pareja, falta de recursos económicos, etc.
Acaso es mucho pedirles a los padres que traten a sus hijas como seres humanos que las acojan y les dediquen su tiempo libre en lugar de ir a empinar el brazo con “amigotes” o andar detrás de féminas para darles caza y gastarse el dinero en lugar de apoyar a quienes llevan su sangre. Que está pasando con los papás que no están cumpliendo con el rol divino y humano que les corresponde, cuando deberían ser los mejores amigos de sus hijas apoyarlas y estar pendiente de sus necesidades. Un informe reciente de UNICEF (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia) determinó que la maternidad a una edad temprana constituye una amenaza al desarrollo educativo de la mujer y que, además, en los países denominados Tercer mundo, entre ellos el nuestro, muestra una realidad expresada en altos índices de embarazo en las adolescentes asociados a morbimortalidad por alto riesgo obstétrico con repercusiones sociales y educativos muy graves.
En el Perú estudios realizados mencionan que esta iniciación ocurre a los 13 años, como promedio nacional. Otro de los problemas de mayor preocupación es la alta tasa de embarazo adolescente. Según el INEI, el 13% de las adolescentes entre 15 y 19 años ya son madres (11%) o están gestando por primera vez (2%). El 41.8% quiso ese hijo/a después. Los mayores porcentajes de adolescentes que son madres o están embarazadas (37%) se presentan entre las mujeres sin educación (Encuesta Demográfica y de Salud Familiar 2000 - ENDES, Lima, 2001). Además de cada cinco madres gestantes, una es adolescente y alrededor de 218,448 mujeres adolescentes llegan a ser madres antes de cumplir los veinte años de edad. El embarazo en la adolescencia se ha convertido en un problema de salud pública, porque el ser madre en ésta etapa de la vida no sólo tiene consecuencias negativas para la precoz progenitora en los aspectos económicos y de educación, sino también le ocasiona dificultades de salud en el periodo de gestación, del parto y finalmente con repercusiones en el niño.
La pregunta es qué hacer ante este fenómeno que está carcomiendo las entrañas de nuestra sociedad y que nos impide salir de este maldito sub-desarrollo, llamado ahora por los jerarcas del dinero, en vías de desarrollo. El estado debería introducir en la curricula escolar, cursos de auto estima y desarrollo social acompañado de asesorías, para lograr identificar estos casos y darles el trato que corresponde. De lo contrario las instituciones de apoyo social como: los comedores populares, los vasos de leche y otros seguirán poblándose de gente lo que significa una carga para el País, pero al mismo tiempo, un caldo de cultivo para el manejo político cuando de elecciones se trata. Y lo que es peor seguiremos viendo marchas y contramarchas de madres solteras reclamando derechos para satisfacer su desgracia que ellas mismas se trazaron.

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