viernes, 24 de febrero de 2012

HABILIDADES Y COMPETENCIAS DEL SIGLO XXI


El principal propósito de este tema consiste en proporcionar orientaciones a responsables políticos, investigadores y educadores para el diseño de medidas, que afectan principalmente a esta nueva generación en la sociedad del conocimiento. El desarrollo social y económico exige que los sistemas educativos, ofrezcan nuevas habilidades y competencias, que les permitan beneficiarse de las nuevas formas emergentes de socialización y contribuyan activamente al desarrollo económico, bajo un sistema cuya principal base es el conocimiento. Estas habilidades y competencias, se denominan normalmente habilidades y competencias del siglo XXI, con el fin de indicar que están más relacionadas con las necesidades de los modelos emergentes de desarrollo económico y social

Los jóvenes, se encuentran en plena experimentación de nuevas formas de socialización y de adquisición de capital social, a las que las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) están contribuyendo en gran medida. Su educación, ya sea en casa o en la escuela, proporciona valores y actitudes sociales, así como experiencias constructivas que les permitirán beneficiarse de oportunidades que, favorecen activamente la creación de nuevos espacios de vida social.

Por consiguiente, los gobiernos deberían hacer un esfuerzo para identificar y conceptualizar correctamente el conjunto de habilidades y competencias, requeridas según los estándares educativos que cada estudiante debe ser capaz de alcanzar al final de la educación obligatoria. Para ello, las autoridades educativas deberían ser conscientes de que para tener éxito en este proceso, ha de hacerse un doble esfuerzo. Esto sólo es posible a través de su incorporación en el sistema educativo nacional, a su vez, reforzado y evaluado por las autoridades. Algunos les llaman nativos digitales, otros, generación del pulgar. La Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), ha optado por denominarles aprendices del nuevo milenio. Son los niños y jóvenes que han crecido de forma paralela, al importante desarrollo tecnológico de la última década, y que hoy en día pueden beneficiarse de los nuevos modos de aprendizaje y de las oportunidades que les ofrecen estas tecnologías, en el ámbito educativo.

En su reciente informe sobre este tema: 'Habilidades y competencias del siglo XXI para los aprendices del nuevo milenio', los responsables del proyecto analizan y detallan las nuevas habilidades y competencias que, demandan el mercado laboral y la sociedad actual y que capacitarán a los estudiantes, para realizar un trabajo de forma eficaz en el futuro. Estas destrezas cognitivas son inseparables de las tecnologías. Por una parte, porque el propio desarrollo tecnológico genera nuevos modos de trabajar y de aprender y, por otra, porque las nuevas herramientas digitales son de gran utilidad para desarrollar estas habilidades y competencias.

Según el informe del proyecto de la OCDE, las principales habilidades y competencias que deben adquirir los aprendices del nuevo milenio están relacionadas con los nuevos modos de información y comunicación digitales. Éstas son las más destacadas:

  • Ante el exceso de material informativo disponible en la actualidad, el estudiante debe adquirir habilidades para buscar, seleccionar, evaluar y organizar la información.
  • Una vez compilada y organizada la información, el alumno debe aprender también a transformarla y desarrollar sus propias interpretaciones. De este modo, se fomentan habilidades de creatividad, innovación, toma de decisiones y resolución de problemas.
  • Las aplicaciones TIC incrementan las posibilidades de comunicación en grupo, que requiere habilidades como la coordinación o el trabajo en equipo.
  • Para comunicarse con los nuevos medios digitales, el estudiante debe trabajar competencias esenciales que le hagan transmitir sus mensajes de forma eficaz. Para ello necesita desarrollar el pensamiento analítico y reflexivo.
  • Un uso responsable de las TIC exige por parte del alumno reconocer sus riesgos potenciales y respetar las normas sociales de comportamiento en el entorno digital. Esto favorece el pensamiento crítico y la toma de decisiones.

La sociedad del conocimiento es la estructura resultante de los efectos y consecuencias de los procesos de mundialización y globalización. Esta estructura dinámica surge de la creación de un sistema de comunicación diverso que se construye desde la tecnología. En nuestra búsqueda de la verdad y del conocimiento, adherimos a determinadas concepciones, algunas de ellas de carácter interpretativo de la realidad. La interpretación de ésta se puede plantear desde concepciones más o menos extremas, por ejemplo la constructivista radical, que niega la existencia de toda realidad objetiva y que considera que la misma es una construcción humana que depende por completo del acuerdo entre los participantes. (Guba y Lincoln, 1989). Según estos autores, la verdad es el resultado de un consenso entre individuos y grupos, y fuera de esa situación, carece de sentido. Por otra parte, la concepción post-modernista asume el giro interpretativo en una dirección diferente.

Según esta concepción, la razón no va a resolver nuestros problemas sino todo lo contrario. Se propone "de construir", "desnormalizar" y "desmantelar" los discursos intelectuales que hemos elaborado pues ellos sólo constituyen "regímenes de verdad" en el cual se unen saber y poder para lograr "normalizar" a las personas haciéndolas aquiescentes y "útiles" a la sociedad moderna. Asumiendo un enfoque interpretativo que se sitúa en una tercera concepción democrática deliberativa– que incluye como requisitos la inclusión, el diálogo y la deliberación, podemos asumir que la verdad y el conocimiento se construyen a través del lenguaje en el que se ponen de manifiesto los intereses auténticos de los individuos o grupos, por medio del diálogo crítico. En la medida que el lenguaje se va transformando anulando formas y estilos anteriores, reflejo de una verdad anterior, también va generándose otra realidad que se estructura y organiza a partir de las lógicas, intencionalidades y valoraciones de quienes se apropian de este nuevo lenguaje. Por un lado, la concepción que asumimos para entender la construcción de la realidad y por otro, la comprensión de la realidad construida por el lenguaje de las nuevas tecnologías, nos hace percibir la sociedad emergente, con un sentido de red y características que hacen que la relación dialógica se manifieste de un modo diferente. Surge entonces lo siguiente:

- Una nueva forma de concebir el tiempo y el espacio, haciendo que estos elementos básicos para la constitución del ser social se configuren desde otra lógica referida al tiempo y al espacio, ya que los participantes en el diálogo pueden comunicarse y construir relación desde diversos lugares y momentos.

- Se asigna y reconoce mayor valor para la información, transformándola en un elemento clave de realización personal y profesional, sin la cual los sujetos no pueden participar activamente en los procesos de construcción social, desde las variadas perspectivas en que ello es posible.

- Se reconoce una tendencia hacia la inmaterialización de los procesos laborales, permitida e impulsada por el desarrollo tecnológico: negocios y oficinas virtuales, comunicaciones en red que de alguna manera cambian las relaciones laborales tradicionales donde existía un lugar físico específico y personas que interactuaban presencialmente en ese espacio.

- Dependencia y en algunos casos subordinación de las comunidades menos desarrolladas desde el punto de vista tecnológico ante aquellas que han logrado mayor avance; mientras ciertas comunidades están en proceso de alfabetización en el ámbito del desarrollo tecnológico, otros se encuentran en una etapa de perfeccionamiento avanzado, que les permite ir construyendo nuevos conocimientos, nuevas realidades y nuevas sociedades con organizaciones y realizaciones más efectivas y veloces lo que les da una ventaja en el aumento de la productividad económica, social y cultural.

De ese modo, se produce el tránsito hacia la sociedad del conocimiento, que surge cuando dichos efectos aparejados a un desarrollo explosivo de la tecnología, adquieren la fuerza y la organización necesaria que va originando un nuevo lenguaje, que no debe dejar de ser herramienta del diálogo crítico, elemento esencial que permite la generación de un cambio estructural, en las concepciones y paradigmas que modifican los pilares de una sociedad, y abren paso a la configuración de otra, en que el conocimiento construido se va legitimando y las potencialidades de otras construcciones abren nuevas visiones de organización, funcionamiento y desarrollo. En este nuevo mundo, de entre todas las tareas que son profesionales o aspiran a serlo, la enseñanza es la única a la que se le ha encargado la tarea formidable de crear capacidades y destrezas que permitirán que las sociedades sobrevivan y tengan éxito en la edad de la información .Según Pierre Astolfi, el aprender comprende tres etapas: información, conocimiento y saber, por las que debe transitar aquel que alcance el aprendizaje profundo. Las instituciones educacionales tienen así la tarea de organizar sus procesos de enseñanza y aprendizaje inter y extra aula, considerando estas etapas didácticas. En el fondo de ellas, está el desarrollo de las habilidades intelectuales de los alumnos y alumnas. Organizado de manera planificada y consciente para alcanzar en ellos un nivel de reflexión, que les permita la autonomía intelectual necesaria para crear y creer en los fundamentos, que se constituyan en la base de los continuamente renovados espacios de intervención social.

Cuando enfrentamos al sistema educativo, nos preguntamos: ¿Qué condiciones provocan unas afirmaciones de valor para que se conceptualicen bien? Se requieren instancias educativas que permitan la apropiación reflexiva de valores, base de una interacción constructiva con el medio. En la medida que se cumplan esas condiciones, la educación podrá responder al desafío que le plantean los objetivos fundamentales transversales que dicen relación con la continua redefinición y evolución de una sociedad democrática. El concepto de democracia contempla una forma de gobierno que recoge todos los intereses legítimos para llegar a decisiones de los gobiernos. Gutmann (1987) señala otro requisito central de la democracia que consiste en fomentar la deliberación conjunta de los ciudadanos acerca de materias de política social: "reproducción social consciente".

No decimos que todo lo presente se deba eliminar o cambiar definitivamente, es posible que muchos de estos elementos sean los adecuados a un momento o grupo social, pero lo que se requiere de la educación y de los educadores es que permitan y posibiliten que los educandos en general, gestores de la sociedad presente e inmediatamente posterior, asuman, gradual y deliberativamente qué elementos, creencias, paradigmas e ideas son aquellas que eligen reproducir en la sociedad que conformarán y desarrollarán. Ese es el sentido de la democracia que debe vivir la educación.

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